Afganistán (I)

Nuestro "Monumento a los Caídos".

Dentro de muy poco se colocará la placa que falta en honor a la

Soldado Idoia Rguez. Buján.

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La paella del domingo pasado.

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La mascota de la tripulación, "Blanquita".

Aunque lo parezca, no caigáis (como yo), es de plastiquete.

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Esto es lo que se ve desde una de las puertas de la base.

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Otra parte de lo que se ve.

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Siento mucho no publicar más fotos, por el momento. Tengo, pero no puedo ponerlas y supongo que entenderéis el por qué.

¿Sabéis? Esto es precioso, me encanta. Creo que he descubierto algo que me gustaría seguir haciéndo mientras me lo pueda permitir.. Sinceramente, no quiero que llegue el momento de volver a España, ojalá hubiera venido por más tiempo. Me han dicho que pida quedarme un par de meses más pero, la verdad, lo veo muy difícil. Mi jefe no querrá. Debo de ser casi la única persona que está feliz por estar aqui y que ve con mucha tristeza cómo se acerca a pasos de gigante el final de esta aventura.

Aqui he conocido gente estupenda, tanto españoles como afganos e italiano. Con éstos últimos me encanta pasar el rato, son (al menos los que yo conozco, pero sé que no todos) muy agradables y siempre te hacen pasar un buen rato. Además, me encanta cómo hablan (en particular cuando tratan de hacerlo en español). En cuanto a los españoles, me he juntado con un grupito muy majete. En un principio todo canarios pero, a través de ellos he ido conociendo a gente de muchas dependencias, algo que es bastante bueno porque así puedes tener acceso a sitios que, de otra manera, jamás podrías ver. A mi me van a llevar a la torre del aeropuerto. Es el punto más alto de la base y debe de tener una vista increíble del "desierto" que nos rodea y nuestro campamento. No veo la hora de subir, estoy impaciente.

En cuanto a la calidad de vida, deciros que es bastante buena (en comparación con los italianos, que viven con nosotros, por ejemplo) Vivimos en pasillos formados por corimécs, que son unos cajones blancos parecidos a los que transportan los barcos de carga. No son tan grandes, son más cortos. Dentro hay dos literas de 90, cuatro taquillas y, si tienes mucha suerte, una mesa y una nevera (para esto último, te tiene que tocar la lotería) pequeñita. En la mía la hay pero creo que el otro día "murió" porque ya no ha vuelto a enfriar nada desde que a mi se me ocurrió ponerla tocarla para hacer que enfriara más.. También tenemos un aparato de aire acondicionado con bomba de calor. Unas habitaciones están mejor montadas que otras, todo dependiendo de lo "manitas" que hayan sido los que han pasado por ellas, hay mucho ingenio por aqui. Los baños son comunitarios pero, el de chicas, como no somos muchas, suele estar limpio y nunca lleno. Tenemos duchas, lavabos y w.c. normales, como en nuestro país, algo que no todos tienen la suerte de tener aqui dentro. Y nunca nos falta el agua caliente, que lo sepáis.

En cuanto al ocio, hay una cantina española, una sala de video, una sala de juegos, una biblioteca con videoteca, una tienda (súper cara, pero si hay necesidad, hay necesidad), una sala de internet, un gimnasio bastante completo y están a punto de terminar un locutorio (aunque no hay problemas para comunicarse con casa ya que, normalmente, todos los teléfonos permiten llamar a España). En la zona italiana hay un restaurante en donde comes por 18 € casi todo lo que quieras, en mesas con sillas de verdad, platos de porcelana, copas de cristal y cubiertos metálicos (algo que dejas de ver en cuanto pisas aqui), hay una pizzería en donde, además de las pizzas más ricas que he probado, hay hamburguesas y sandwiches gigantes. Su cantina es una tienda de campaña enorme pero tienen un café muy rico, el capuchino en particular. También tienen su tienda, cuatro veces más grande que la nuestra y con mil cosas más. Yo ya voy a esa siempre. Los precios son más o menos iguales pero puedes elegir, algo que no siempre ocurre en la nuestra. Su gimnasio aún no lo he visto, sólo sé que es mucho más pequeño porque también está en una tienda de campaña enorme, y también tienen cine, en otra tienda de campaña, que me han dicho que por el día hace las veces de capilla. No lo sé.

Comemos muy bien, demasiado. Yo ya voy al gimnasio cada tarde porque sino tendrían que pedirme dos plazas, en lugar de una, en el avión de vuelta. La comida no es como la de nuestras madres pero está muy buena. Tenemos siempre a elegir dos primeros, dos segundos, postre, bebida y un buffet de ensaladas permanente, en frente de la barra en donde se sirve la comida. Lo que a mi más me gusta es el desayuno, ahí si que me pongo morada (y eso que, en mi vida normal, normalmente no desayuno nunca o casi nada) porque nos dan salado y dulce; fiambre y cereales, lo que más me gusta. Y yo alterno entre un tanque de cereales o dos rebanadas de pan con mantequilla y salami, que me encanta. Pero creedme que os juro que no falto al gimnasio nunca. Es más, un filipino da clases de Tae Bo, una especie de mezcla entre aerobic y arte marcial. Yo sólo he ido un día pero hoy toca también, son tres días en semana por la tarde y tres por la mañana, a las seis y media. A estos últimos me permitiréis que los cambie por machaque en la bicicleta porque lo de madrugar tanto no va conmigo, ¡jajaja!

En fin, que debo dejaros. Si se me escapa algo, podéis preguntar y yo contestaré pero advierto que, dependiendo de vuestras preguntas, podré contestar o no porque hay cosas que no se pueden contar.

Un beso y cuidaros mucho.