Reportaje de Interviú

Sinceramente, estoy indignada. Ayer creí que soñaba cuando, al entrar en el estanco a comprar un bono y mientras ojeaba las revistas esperando a que pudieran atenderme, reconocí una fotografía bastante familiar en la Interviú y me quedé alucinando. Rápidamente, en cuanto la dependienta quedó libre, le pedí que me diera la revista y lo que había ido a buscar y sin esperar a recibir mi vuelta ya había roto por completo el plástico que la envolvía. Me tiré todo el viaje estudiando cada palabra del artículo y podía sentir perfectamente como, con el "paso" de las letras, mi indignación iba en aumento.
La verdad es que me parece "mover la cola sin que nadie diga cuquín" porque opino que su autor ha cometido un gran error al escribir sobre un tema tan polémico sin vivirlo en persona y, lógicamente, sin tener ni puñetera idea de la realidad. Pero quietos, no le culpo al cien por cien de lo que leí dado que, para escribirlo, necesitó fuentes. Y esas fuentes son las que más me indignan y confieso, sin pelos en la lengua, que ojalá sus confesiones les traigan consecuencias y, es más, puede que incluso me anime y trate de destapar sus nombres porque me gustaría muchísimo poder decirles lo que pienso de sus actos.
Cada día me duele mucho más el ver que estoy rodeada de personas que no desean realmente el trabajo que tienen, que no lo quieren ni están dispuestos a ejercerlo mentalizados de lo que realmente son, porque lo son. Esta empresa cada día va a peor, empezando por las alturas, qué gran pena siento.
En fin, mi consuelo es que a mi me encanta. A pesar de que a veces suelte pestes y diga "tonterías", sé que por encima de todos los cretinos que hacen que a veces odie mi trabajo, lo adoro. Y más ahora que he descubierto lo que realmente me gusta de él...
Suerte a los que habéis abierto la boca sin pensar en lo que decíais, espero que la necesitéis. Hay muchas familias a las que no les gustará lo que van a leer (las verdades a medias son siempre mentiras).