lunes, julio 23, 2007

Recuerdo de un final.

Recuerdo que te marchaste y recuerdo perfectamente que no sentí ningún tipo de remordimiento. Recuerdo que pensé que me hubiera gustado que las cosas hubieran sucedido de otra manera y recuerdo que me mordí el labio al pensarlo porque no me parecía muy justo ese final para esa amistad. Recuerdo que pensé, y aún pienso a veces, que probablemente lo ocurrido tenía una explicación y, quizá si hubiéramos hablado entre nosotras, la hubiéramos encontrado y compartido. Recuerdo también que no lo hicimos, que dejamos de hablar como hacíamos antes y que cada una comenzó a dejarse llevar por su nuevo entorno y opino que probablemente nos equivocamos. Pero no te echo de menos, eso no pasa hoy ni pasó ayer.
Recuerdo que escribí la dirección de tu nuevo hogar en un sobre y en su interior meti tus fotos, esas que tú me habías dado para llevar en mi cartera y que yo ya no quería seguir guardando. Recuerdo que escribí en un papel que tenías que aceptarlo, que las cosas sucedían por un motivo y que eran difíciles de cambiar. Recuerdo que te dije que algo así como que había sido muy bonito, especial y que jamás te olvidaría pero que las dos tendríamos que seguir nuestros caminos, separadas.
Tenías tus cosas, yo las mías, ¿qué habrá sido de ti? Espero que hayas seguido tirando hacia delante siempre. ¿Quién sabe? A lo mejor algún día me entero de la respuesta a mi pregunta.