domingo, agosto 24, 2008

Regreso (I Parte)

Hace varios meses prometí no volver a escribir en la blogosfera y cerré "As Meigas". Estaba rota de dolor por la pérdida de mi mejor amigo y a él le prometí que no volvería a aparecer. Sin embargo, hoy decido regresar pues sé que es lo que tengo que hacer.
Probablemente, si él hubiera podido hablarme me hubiera dicho que no hubiera estado conforme con mi decisión pues por todos es sabido que plasmar las palabras en un papel o, como en este caso, en un "ciberdiario", es lo que siempre se me ha dado mejor y la mejor manera que, desde que tengo uso de razón, tengo de expresarme.
¿Qué ha sido de mi en todo este tiempo? Pues a continuación os lo resumiré.
En primer lugar, volví a marcharme de nuevo a Afganistán por dos meses; marzo y abril. Allí volví a cumplir años y bueno, no hay palabras que describan con exactitud lo bien que lo pude pasar. Volví a sentirme completa y feliz y tuve la grandísima suerte de contar, esta segunda vez, con un grupo de compañeros increíbles y maravillosos que, ahora mismo, ya son más amigos que otra cosa. Gracia a ellos pude tener más libertad de movimiento y conocer otros lugares diferentes a "lo de todos los días" y bueno, mejor no os cuento la cantidad de "chismes" que me he traído de allá. Vamos, que podría montar un mercadillo en mi casa ahora mismo, ¡jajaja!
A primeros de mayo regresé a España haciendo un viaje increíble de tres días en nuestro pequeño avión. Tuve la suerte de conocer Luxor (Egipto), pues allí hicimos una escala que duró un día completo. Lo pasamos en grande y resultó una experiencia que será muy difícil de olvidar, en particular porque allí aprendí que, cuando estás en un país extranjero JAMÁS HAY QUE BEBER AGUA DE GRIFO, siempre embotellada. Y no doy detalles...
Volví al trabajo sin coger vacaciones, gran error que ya sé que no tengo que volver a cometer la próxima vez que consiga que me dejen salir. He estado en la oficina hasta el día 28 de agosto, que es cuando por fin decidí coger un avión para marcharme a casa quince días. Supongo que la verdadera razón por la que no quise ir antes no era la falta de tiempo y organización para buscar un billete sino tener que enfrentarme a una ausencia que me negaba a admitir. Pero ya pasó el mal trago y ahora tenemos un nuevo miembro en casa. A pesar de las protestas y negativas de mi padre para hacerlo, contaba con el apoyo del resto de la familia y, después de buscar y buscar, le encontré. Se llama House. Es un cachorro de Pastor Alemán "mil leches" color oscuro. Es una monada y con una mala uva impresionante. Yo me río mucho porque el pobre, en los primeros días, no sabía ladrar y maullaba, quizá porque en la jaula contigua a en la que estaba él con su familia, tenían los dueños del recinto donde vivía un puma enorme. Como os lo cuento, una hembra de puma enorme, la cosa más bonita e impresionante que jamás he visto, y que pegaba unos rugidos que ponían la piel de gallina. Así no me extraña que el perro estuviera confundido, ¡jajaja! Pero ya no, ya lo tiene todo controlado, mi hermano se encargó de hacerle ladrar y ahora no veas, no calla ni debajo del agua, pobrecito...
El tema del nombre tiene su explicación. Cada uno quería uno; Salomón, Atos, Zeus, Mus, Ruco, Ron, etc... Pues bien, cuando fuimos a verlo, estaban él y tres hermanos más. Todos muy monos y este un antisocial, no quería que me arrimara ni en pintura. Es más, no fue mi primera opción pero la dueña no me dejó marcharme de la finca con el perrito que había cogido porque sabía que no me iba convencida y porque sabía mejor que yo que el que verdaderamente me gustaba era House. Y me hizo cambiarlo. Al llegar a casa, después de 45 minutos de viaje y cuatro vomitonas encima de mi, lo soltamos y el pobre no sabía dónde meterse para que lo dejáramos en paz. Por la noche, contándole a mi padre cómo había ido todo mientras cenábamos delante de la tele, viendo "Dr. House" (nuestra serie preferida), y al decirle que me daba la impresión de que nuestro nuevo perro era un poco "borde", él me contestó que entonces era como el protagonista. Nos miramos entonces y yo le pregunté que, visto que no nos poníamos de acuerdo con el nombre, que por qué no llamarle así, House. Mi madre dijo que sí, él también y aunque a mi hermano no le hizo mucha gracia, por mayoría decidimos que ya habíamos elegido el nombre.

5 comentarios:

  1. ¡qué bonitas experiencias tienes en tu cajón desastre! no hay nada más especial que cumplir sueños y sentir que aprovechas cada segundo de tu vida. Me alegro mucho por ese año tan bonito que has tenido. Ahora toca contarnos muchas aventuras, ¿no? Todo esfuerzo tiene su recompensa ji ji

    besitos :))

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  2. Bueno, no sé. Yo lo veo desde mi punto de vista y no creo que haya sido un año tan bonito pero bueno, supongo que es porque lo he vivido yo y no lo veo tan especial. Gracias por volver a comentar, la primera!! Besos

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  3. ¡Hola! Me alegro de que vuelvas a permitirnos estar al tanto de lo que pasa por tu cabeza aquí en la blogocosa :-p

    "Ojito" ... vigilando ...

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  4. Gracias Jorgogi, y gracias otra vez por volver a visitarme :)

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