jueves, noviembre 23, 2006

Mi mayor estupidéz..

Hoy tengo ganas de confesaros la cosa más tonta que he podido hacer en toda mi vida.. Como tenemos confianza, podíais animaros vosotros también en vuestros comentarios y atreveros a confesar, así nos reiremos un poquito para alegrar la mañana..
Resulta que después de volver de mi casa, mientras aún duraba mi baja médica hace ya unas semanas, estuve quedándome varios días en casa del que, hasta hace unos días, fuera mi novio. Dormíamos juntos y luego él se levantaba temprano para irse a trabajar y yo, o bien me iba con él o me quedaba en la cama hasta una hora decente (él se levantaba sobre las cinco a.m.) y luego me iba por mi cuenta o sino le esperaba hasta la hora de comer y, después, me acercaba él a "casa". Pues resulta que uno de esos días en que habíamos quedado en lo último, al final resultó que a causa de una mala mañana de trabajo, los planes cambiaron y decidió que no iría a comer a su casa, con lo cual a mi me tocaba marcharme sola y cuánto antes porque no me apetecía cruzarme con su madre. A pesar de la supuesta confianza, a mi me daba algo de "palo" estar a solas con ella y, como se iba acercando la hora de la comida, yo comencé a ordenarlo todo y a arreglarme yo para irme cuanto antes. Pero me surgió el inconveniente de que, al levantarme esa mañana, había lavado a mano mi braguita tanga favorita porque la noche anterior no había tenido ninguna gana de hacerlo (siempre tengo que ponerme la ropa interior limpia, no soporto lo contrario) y aún no se había secado. Me puse a pensar en cómo podía hacerlo para secarla yo y se me ocurrió el secador de pelo pero inmediatamente volví a pensar que no sería tan rápido como yo quería. De pronto surgió en mi mente una especie de "corto" de alguna película americana que viera en su día en donde alguien metía a secar los calcetines en el horno y a mi no se me ocurrió otra cosa que agarrar mi braguita tanga negra y monísima y meterla en el horno microondas. Primero le puse pocos segundos por si se quemaba y, transcurrido el tiempo, la saqué y noté que seguía algo húmeda con lo que la volví a meter en el horno por un tiempo similar. En ese momento recuerdo perfectamente que me llamó Lua desde el curro y que nos pusimos a hablar de algo bastante interesante y que yo, entretenida como estaba, aumenté el tiempo del contador y seguí dándole al pico. Al poco rato me pareció notar como que en la cocina empezaba a aparecer humo y me asusté pensando en que sería el termo del agua y la calefacción, que era nuevo pero enseguida me di cuenta de lo que pasaba y rápidamente dejé a Lua con la palabra en la boca y abrí el horno microondas. Ahí estaba mi braguita tanga nueva negra, favorita y monísima, echando humo a más no poder, medio derretida y con una forma indefinida.. Del disgusto que me agarré, la cogí con la mano para tratar de salvarla bajo el chorro del agua fría, con tan mala suerte que me abrasé yo el dedo meñique de la mano derecha. Conseguí llegar hasta el chorro de agua fría pero eso ya no era mi braguita tanga favorita sino una bola negra de tela y silicona carbonizadas que desprendia un repugnante olor a plástico quemado. Sin perder un segundo y sin pensar en la gran quemadura que estaba a punto de salirme en mi dedito, saqué el plato del microondas para fregarlo, antes de que el plástico se endureciera y fuera imposible de quitar. No salía!! Cuchillo en mano empecé a rasparlo como si mi vida dependiera de ello porque se me echaba el tiempo encima y no quería ser pillada "in fraganti". Con ayuda del cuchillo conseguí raspar casi todo el plástico, los restos que quedaron fueron mínimos, casi invisibles y más parecían manchitas de haber estado calentando comida que otra cosa. Me quedó bastante bien, todo sea dicho.. Me relajé un poco y coloqué de nuevo el plato en el microondas, dejé la puerta abierta para que ventilara, tiré las braguitas en el fondo del cubo de la basura y me puse de nuevo manos a la obra, ignorando el tremendo dolor que comenzaba a sentir en la mano. Abrí las ventanas de la cocina, abrí las ventanas del balcón y abrí la puerta de la calle para intentar que la corriente se llevara el olor cuanto antes. Cogí la fregona, llené el cubo y vacié casi todo el fregasuelos de limón dentro, fregué la cocina, el "hall", el salón.. Después eché gotitas de ambientador líquido en sitios estratégicos para disimular el tufo a quemado, también eché unas pocas dentro del microondas después de fregarlo por dentro. Cuando quedé más o menos satisfecha, cerré la puerta de la calle (no fuera a ser que apareciera algún vecino que me pudiera delatar) y me fui a vestir. Se lo conté a Lua, que me volvió a llamar, y mejor que ella misma describa la cara de "pócker" que debió de poner, jajajaja!!! Una vez estuve lista, cogí la bolsa de la basura, cerré el balcón y me marché. Pasé a ver a mi "ex suegra" por su tienda y para tratar de entretenerla un rato invitándola a un aperitivo y así dar más tiempo a la ventilación de la casa.. Tras un ratito ya por fin nos despedimos y cada una se fue a su sitio y, por lo que parece, todo me debió de salir bien porque ni ella me llamó alarmada al notar algo raro ni mi "ex" me contó que ella le dijera nada raro que notara... Uff, menudo susto..
En cuanto a mi quemadura, fue enorme y tremendamente dolorosa. Me costó curarla un poco pero al final ya ha hasta desaparecido, aunque ha dejado huella porque la piel se me ha quedado un poco arrugadilla, algo que espero se termine de curar con el tiempo.. Lo pasé algo mal porque pensé que se me infectaría y que me tendrían que cortar el dedo o que jamás podría volver a moverlo libremente.. Que loca, ¿no? Jur, jur..
Un saludito!

2 comentarios:

  1. Sölo puedo decir que !AY-DIOS-MÍO! vaya historia. Porque dices que es verdad si no te mandaría al pedo de que te la estás inventando. Ni en una peli de esas de coñas te puede salir una situación más inverosímil. Me he partido toda la caja con ella.

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  2. jajajajaja se me quedó un careto cuando me lo contaste.... tan surrealista!!! jajaja qué bien lo has contado loquita :P eres la ídola!

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