jueves, diciembre 28, 2006

La curiosidad mató al gato.

La verdad es que me resulta bastante penoso cada vez que lo recuerdo.. Era feliz pensando en que iba a terminar este año habiendo hechado el mejor polvo de mi vida y resulta que ahora me dejas con ese mal recuerdo.. Si lo sé, no lo hago, ¡qué mal quedaste! Claro, una que se acostumbra a lo bueno y luego pasa lo que pasa. Me recordó a mis comienzos, jajaja! A veces es bonito volver atrás en el tiempo. El caso es que andaba viendo el otro día tranquilamente la peli de "Dejavú", con un nene (el dueño) cuando, de pronto, le dió por ponerse a acariciarme. A mi se me escapó la media sonrisilla recordando cómo, días atrás, había tenido que pedirle que se largara de mi casa porque no estaba dispuesta a abrirme de piernas para él. Se lo tomó bastante a mal porque estuvo una semana sin hablarme apenas y, vaya por Dios, hoy su actitud ha cambiado bastante.. No está nada mal y, puestos a ser mala, ¿qué tiene de malo echar una cana al aire? Ya está bien de hacer el papel de tonta que una también está en su derecho de darle una alegría al cuerpo en época de "sequía".. Pues bien, por mis cojones que el niño se iba a tener que currar muy mucho el que yo estuviera dispuesta a lo que pretendía porque esa semana sin hablarme me había dolido bastante. Además, la peli está interesante, ¿no? Es de las típicas que como te saltes una escena luego te quedas descolgado, y yo odio eso.. Mientras, el nene sigue acariciándome, esta vez ya no con la mano sino con los pies que, en ocasiones, más que acariciar yo diría que rascaban. ¿Sabría de la existencia de los cortauñas el muchacho? Quizá la próxima vez deba presentarlos, a lo mejor se caen bien y todo. Y yo a lo mío, porque la peli se pone cada vez mejor y aún no hay nada que consiga distraer mi atención. Cambiamos de táctica; ahora estoy incómodo y me voy a sentar y, como la cama es de 90, siéntome yo también para que mis huesos no den a parar al suelo y, de paso, la excusa perfecta para "..jo, me duele la espalda, ¿a que me haces un masajillo?" Y, por mi jeta bonita, un masaje estupendo. Menuda suerte, buena compañía, buena peli, un masaje.. Faltaron las palomitas y que se hubiera largado para haber terminado de ver la peli que, visto lo visto ahora, resultó tener un final mucho más interesante que el que tuve yo con él. Nuevo cambio de táctica; entre apretón y apretón en la espalda, besito va y besito viene. ¡Ya está, error! Eso ya si empezó a distraerme ya que, confieso, por ahí cerca se localiza mi punto más débil. "Anda cielo, deja ya el masaje y hazme cosquillitas con la punta de los dedos, despacito que me gusta más". Y el niño obedece sin rechistar. La verdad es que ojalá supiera hacer lo demás tan bien como las cosquillitas.. Y seguimos con el besito va, besito viene, que ya más que besito se va convirtiendo en una mezcla con mordisco. Y yo ya que empiezo a notar que, sin dejar de mirar la pantalla, me pierdo trozos de la trama.. "¿Pero ahora por qué está ese tio ahí si antes no estaba? ¿Y ahora por qué ese está viva si se suponía que se tenía que morir?" Uff, la temperatura va subiendo, hora de ir apartando el plumas porque ya me estoy empezando a "cocer". Y el niño sube más y me engancha el cuello y yo me muero del todo. Con eso ya no puedo, batalla perdida. Cuando se pasa hambre, por mucho que uno se quiera hacer el duro, no desprecia un mendrugo de pan. A tomar por culo la peli; me doy la vuelta y me lanzo sobre su boca. Todo hay que decirlo, el nene besa bastante bien, me encanta como me besa. Me pone a dos mil cuatrocientos, lo menos, mmmm... Fijate que me acuerdo ahora y se me quita el frío que siento, uff! Ahora llega el momento crítico, el momento en el que, la vez anterior, se llevó el jarro de agua fría. Lo siento porque me toca como si me fuera a romper y tiembra. ¿Miedo, verguenza? Esta vez me lanzo yo y pongo mi mano entre sus piernas, creo que queda claro que hoy si quiero "cacho" y, cuando me aprieta contra él, veo que lo ha entendido. Dios mio, vaya lengua tiene. Sólo jugando con mi boca ya me está haciendo enloquecer, mejor no pienso en otras cosas.. Tendría que haberlo grabado. Pensándolo ahora creo que habría parecido una película de esas en que los actores dan la sensacion de que se van a comer el uno al otro y en lugar de hacerlo dulcemente es como si sus vidas dependieran de ello. En eso le doy un diez. Cambio de postura; ya no mola eso de estar sentados. Se tumba y yo me pongo encima, el otro día lo evité porque, bajo el pijama, ya no hay otra cosa y, sentarme así, se nota todo. Pues que se note. Además, había que hacerse una idea de lo que iba a sentir algo más tarde.. Y no estaba mal, no. Pero esa postura es un coñazo si no se está en el lío, así que nuevo cambio de postura y toca el misionero, con ropa. "¡Qué haga conmigo lo que quiera!" Abrí las piernas y se encajó perfectamente entre ellas, y empujó. "¿Por qué, para enseñarme lo que tenía para mí?" Tampoco era para tanto, ya lo había notado.. "¿Qué haces con la ropa puesta, y por qué tengo yo la ropa puesta aún? Fuera camisetas!" Pero no el pantalón, a ver qué haría.. La verdad es que ya ahí empezó a cagarla, ahí empecé a sentirme como cuando era nueva yo en el asunto. Sin embargo debo decir que me agradó bastante que, al encontrar mis pechos, no se olvidara de que mi boca seguía existiendo. Por eso no le di ninguna importancia a la torpeza, supo mantenerme caldeada con sus besos.
Un poco más; ¡por fin! Se levanta y me arranca los pantalones. Y yo a él los suyos, lógicamente. Igualdad ante todo.. Mmmm.. Momento peligroso, mejor ir en busca de una goma porque no quiero problemas. Ahora si que empiezo yo a calentarme, pero os aseguro que no es porque me esté poniendo cachonda.. Traigo la gomita (encima de la marca que odio a muerte) y, cuando se la doy, me dice que se va al baño porque tiene que orinar. "Vale, pues vete volando y vuelve raudo y veloz." Debo de preguntarle a mis conocidos si a veces, cuando hablo, se me deja de entender. Pasa el tiempo y yo ahí, en la cama, sola mirando al techo y con cara de pócker. "¿Qué hago, me mantengo yo sola el calentón, me voy a rescatarle, me doy media vuelta y me duermo o vuelvo a poner la peli por donde la dejé?" En esos momentos de dilema volvió, entero por lo que pude ver. Ahora toca escena de película porno barata en que no se ve ni el huevo y en que parece que los actores van a cámara lenta y con máximo cuidado para que nadie se rompa, jajajaja! Yo cara de mosca pensando en mandarle para su casa por haberme hecho eso, sin saber qué coño pretendría ahora que a mi las ganas me estaban abandonando.. Y se tumba sobre mí, sin tocarme y me vuelve a besar y a enseñar cómo mueve de bien la lengua, ¡ah! Noto que, sin quererlo, me sirvo en bandeja de plata y que, fácilmente, se introduce entre mis piernas de una manera muy suave y dulce, tanto que me dan ganas de llorar. "¿Ya?" La respuesta la senti entrar. ¡Qué gusto! Pero hay que ser solidaria y reconocer que esa postura es un coñazo. Ellos están incómodos porque piensan que no nos pueden aplastar y empiezan a hacer flexiones de brazos (con lo jodidas que son) y nosotras, si queremos sentir a fondo y nuestra pareja no es un Nacho Vidal, preferimos cambiar. "Levanta", no me oye. "Levantate anda, ya verás". Y de nuevo me vuelvo a salir con la mía porque me encanta hacer el perrito. Cómodo para él, comodísimo para mí.
Pobre ingénua de Lilith, a la cuarta o quinta embestida la cosa empezó a acelerarse y, cuando ya empezabas a disfrutar.. ¡THE END! Tal cual empezó, se terminó. Os juro que pensé que era un fallo mío por haberme movido demasiado, que se había salido sin querer. Me giré un poco y ya vi que se estaba quitando la gomita y que la cosa ya no estaba tan firme como antes. "¿Cuánto tiempo ha pasado?"
Os juro que en ese momento sentí que era un volcán a punto de entrar en erupción, estaba alucinando por todos los poros de mi sudorosa piel. "Egoísta, asqueroso, torpe, inepto, cerdo, niñato.." Un pequeño resúmen de lo que pensé en esos momentos. Hacía años, muchos años, que no me ocurría eso. Si, de por sí, yo soy de las que no caen fácilmente y sumamos a eso que me acostumbrado a hombres que me dan el tiempo que quiero y todo el del mundo, ¡menudo polvo! Fue como el día que comí en un japonés por primera vez y me metí en la boca, toda ilusionada y sin pensar, un tenedor cargado de algo verde que tenía pinta de puré de patata teñido y debía estar buenísimo y al final resultó ser la masa esa pastosa con 27 kilos de sal que se sirve para acompañar a la salsa con la que se toma sushi. Creí morir, escarmiento por ansiosa. Pues igual, quitando que esta vez en lugar de beber 3 botellas de agua tuve que quitarme solita el calentón.
Vaya putada, eso me pasa por tonta. Tenía que haber aguantado el tipo, al final resultó que la que se llevó el jarra de agua más grande y más frío fui yo. Para portarme mal y acabar así, mejor hubiera sido haber seguido sin romper un plato. ¡JA!

2 comentarios:

  1. Bueno, alguna vez tendría que pasar, no todo iba a ser bueno. La próxima vez que aparezca por tu casa y se ponga de pastel, ya sabes lo que tienes que hacer.

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  2. vaya por dios... qué mal... nunca más con ese lilith!!!!!!!! pufff

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