lunes, julio 23, 2007

Insomnio

Esta noche no he dormido nada bien. En parte ha sido por culpa de mi cansino dolor de garganta que ya lleva tres noches fastidiándome y ahora, para molestar un poco más, se me ha subido hasta el oído derecho y es verdaderamente aburrido ya que no sé exactamente dónde me duele ni si es mucho o es poco, sólo sé que durmiendo sobre la bolsa de agua caliente consigo sentir un poco de alivio... Esto de ponerse mala en vacaciones es lo mejor, mi suerte es que al pasarlas en casa mi madre me mima y me cuida como cuando era pequeña y yo, por qué no decirlo, me dejo mimar. Soy mala enferma, muy ñoña y quejica...
Sin embargo no todo ha sido culpa de ese dolor, la mayoría de la culpa no ha tenido nada que ver con un dolor físico. Es curioso, hacía mucho tiempo que no sentía lo que era esta sensación de impotencia y rabia contenida causadas por la incertidumbre, el asombro y la ignorancia. Y, en mi caso, lo peor dado que pensar no va nada bien para mi salud mental y mi cabeza ha estado funcionando más de lo que debería, tanto es así que, después de mil vueltas en la cama, he caído rendida y me he despertado con la sensación de haber sufrido una paliza. Lo mejor antes de una práctica de conducción, jejeje... Qué horror, llego a casa con piernas de gelatina.
Me siento confundida y es una sensación como si me encontrara en el centro justo de una habitación vacía y sin paredes definidas, sin poder ver la salida y sin poder moverme al no sentirme segura de pisar firme o caer al vacío. ¿Cómo se sale de aqui? Porque el camino más fácil ya me lo sé de memoria y no es la decisión que quiero para esta situación.
Supongo que la paciencia deberá ser mi guía porque ya no sé ni por dónde me sopla el viento y, en mi estado de cansancio, típico cuando la fiebre te ronda, supongo que es la mejor opción porque la confusión resultaría más... fácil.
Bueno, esperemos llegar a puerto a salvo.

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