lunes, julio 23, 2007

Una de las últimas.

Ella dice que después de haber pasado tantos años, es mejor conservar las buenas amistades que dejarlas marchar o tirarlas a la basura. Yo me cabreo porque pienso que me da igual pero sé que, en el fondo, lo que dice es verdad. ¿Con qué te quedas, sino? Porque hoy en día en el patio no hay mucho en dónde elegir...
¿Se conoce alguien eso que se dice sobre que calladito se está más guapo? ¿O eso otro sobre las palabras, que una vez que se han dicho, ya no se puede volver atrás? Eso rara vez lo pensamos, yo sé que no lo hago pero ahora mismo sí, y me doy cuenta de lo afiladas que pueden llegar a ser, afiladas, sorprendentes o incluso dolorosas. En particular cuando las vas guardando en el saco y, cuando éste está lleno, explota. Pero... ¿por qué las guardamos? Y, si lo hacemos, ¿quién tiene la culpa? ¿Por qué se alejan las personas, por qué se rompen los lazos que con tanta paciencia y tiempo se han logrado atar?
Yo sé que no soy perfecta y sé que cada uno pensamos diferente, sé que no siempre puedo esperar de las personas lo que me gustaría porque, como es lógico, no tienen la obligación de saber lo que a mi me gustaría. A veces no lo aviso y luego me cabreo, con el comprensible asombro del personal y, normalmente, acabo haciéndolo pagar. Pero cuando prefiero tener un buen final, me gusta explicar lo que espero recibir para que se sepa de antemano y nadie pueda salir mal parado. Porque a veces, y a todos nos pasa, necesitamos una única respuesta, y esa es la nada. Resultaría más sencillo coger a cualquier persona de la calle y soltarle en cinco minutos lo que nos atormenta, esa persona nos dará una palmadita y nos dejará tranquilos, a veces no suele pasar eso cuando lo hacemos con gente que nos quiere. Y a veces eso irrita bastante, lo sé muy bien. ¿Pero por qué no son capaces de tener la misma reacción? Pensemos en alguien muy querido que de pronto tenga un ataque de nervios y se ponga a decir burradas, ¿acaso es malo responder tratando de animar y de hacer ver las cosas de otro color a quien se siente tan mal? Debe de serlo. Quizá la mejor opción sea callarse y mirar hacia otro lado, en particular cuando, tratando de ayudar, sales igual o peor parado.
La amistad, igual que el amor, en muchas ocasiones debería de llevar un manual de instrucciones para poder leerlo de vez en cuando. Es algo complicado, o al menos eso comienza a aparentar.
Yo pienso, ahora, que cada uno de nuestros amigos son pequeños tesoros, aunque ya sé que en ocasiones anteriores he reconocido no cuidarlos siempre lo bastante bien o tanto como se merecieran... A veces he perdido alguno, algo que, en frío, pienso que es bastante triste por mi parte. ¿O no lo es?
La verdad es que muchas veces llego a la conclusión de que de mayor me voy a comprar un perro. Así se acabaron las complicaciones.

2 comentarios:

  1. En mí pueden encontrar a una persona que escuchará, se morderá la lengua muchas veces y dirá: "aunque no comparto tus desiciones o pensamientos, aquí me tienes, te apoyo, te comprendo y seco tus lágrimas..." No es fácil dar consejos, no es fácil abrir los ojos de nadie. A veces amistad sólo es escuchar, dar un fuerte abrazo y secar lágrimas.

    Yo sólo espero eso, realmente no quiero nada más. No consigo tener mis brazos llenos, lo siento vacíos y eso es lo que más duele.

    Reflexiona si realmente esas palabras tenían una mala intención, por que a lo mejor sólo son parte de un dolor por tu ausencia. No lo sé, ultimamente no entiendo nada de lo que me rodea.

    Un beso.

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  2. No pretendas que todo el mundo piense como tú, cada uno es cada cual y todos tienen derecho a sus propias reacciones.

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