viernes, noviembre 16, 2007

Hoy es un día de esos...

... en los que no me apetece saber nada de nada ni de nadie. Hoy es viernes, eso sí, y menos mal, porque si no lo fuera mañana iba a pasar tres kilos de levantarme para ir a trabajar y mandaría a todos a freír puñetas.
Hoy ha sido un día duro, no he padado casi ni cinco minutos en toda la mañana y, para colmo, con el coche en el taller, pues caminando a todas partes y cargando peso, algo que a mi espalda le encanta.
Me siento extraña, me siento como mal, pero sin estar mal, tengo el estómago encogido y con ansiedad, pero probablemente después de haber comido tenga que ir al baño a vomitar pues siempre ocurre igual cuando no estoy tranquila por algo. Es como si mi conciencia no estuviera tranquila y, la verdad, no tengo tampoco motivos porque no creo haber hecho nada malo. O bueno, el motivo tal vez será que acabo de borrar de un plumazo mis planes de futuro y me siento perdida, como si fuera el payaso de mi entorno.
¿De qué hablo? Pues de que, a causa de la plaza que os comenté en un post anterior que he solicitado para que me trasladen a mi casa, he tenido que renunciar a mi excedencia y a mi baja laboral para que no me dieran problemas o fueran usados como motivo para no trasladarme y, la verdad, eso me ha sentado mal porque, ya que sé de sobra que hay menos de un 5% de posibilidades de que consiga esa vacante, significará que, de quedarme, tendré que estar más tiempo aún aqui y no me hace ninguna gracia. Además, mucha gente trabajó para que yo pudiera tener mi excedencia en el menor tiempo posible y muchos se molestaron para ayudarme con los dos trámites y ahora pensaran que soy una persona poco seria, aunque yo opine que llevo razón en actuar así porque esa plaza ha sido totalmente imprevisible y yo no he tenido la culpa de que haya sido publicada y nadie supiera nada. Sin embargo, yo soy yo y los demás son los demás. Y me fastidia tremendamente que, entre el grupo de los que me tomarán a pitorreo, se encuentre mi jefe supremo, al que no soporto ni en pintura, pero así son las cosas de la vida, dicen...
Por cierto, ya me entregan el coche. El arreglo no ha pasado de 180 € pero, cuando vaya a recogerlo, tendré que ver si han hecho todo lo que había pedido porque me extraña que sea tan barato. El claxon no me lo han cambiado, lo han arreglado pero dicen que si me sigue dando problemas entonces sí me lo ponen nuevo. Eso me ha sentado mal porque sé que se estropeará porque ya ha ocurrido, sin embargo no voy a discutir con mi ya mecánico porque quiero que me den ya mi coche, lo echo de menos y este fin de semana me gustaría conducirlo, ahora que ya puedo pues ayer fui a buscar mi carné civil y, por fin, podré sacarlo. Y tengo que llevarlo de nuevo a la ITV, ¡qué horror! Encima sola, porque es fin de semana y no puedo tirar de mucha gente... Me da miedo, en serio, y mucho más sin conocer Madrid porque sé que me perderé si salgo sola... Ahora que lo digo, tengo que ir a comprar la "L" esta tarde, a ver si me acuerdo. Al final no he encontrado de quién heredarla, una lástima...
Bueno, os dejo, mi bajón me está provocando ganas de confesar cosas que aún no quiero contar en el blog, o no en este post sino en uno dedicado especialmente a lo que quiero contaros. Os deseo una buena tarde, besos con abrazo mil.

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